viernes, 30 de marzo de 2012

pSiColOgíA cOMuNItArIa

Psicología comunitaria
La Psicología Comunitaria es un campo de especialización de la psicología en el que se
privilegia una óptica analítica que considera los fenómenos de grupos, colectivos o
comunidades a partir de factores sociales y ambientales, a fin de realizar acciones
orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida de los sujetos. La metodología que
utiliza privilegia un enfoque territorial, participativo para quienes están involucrados en sus
procesos de intervención, intentando generar cambios de largo plazo en los sistemas
sociales en los que esos grupos están insertos.
El uso de los términos psicología comunitaria (PC) y psicología social-comunitaria (PSC)
suelen significar un mismo campo profesional, en particular el nombre psicología
social-comunitaria tiene su origen en la necesidad de diferenciación disciplinar percibida
por los grupos de profesionales psicólogos de centro y sud-América a finales de los años
setenta, en lo que comúnmente ha sido denominado crisis de relevancia de la psicología
social. Como bases fundamentales de esta propuesta es posible identificar el trabajo en
terreno, aplicado sobre problemas concretos in situ (en el lugar de manifestación del
fenómeno social), con un carácter participativo que permita la involucración de diversos
actores a nivel territorial resguardando el protagonismo de los sectores más carenciados en
la búsqueda de sus propias soluciones.
Objeto de la disciplina
Existen disensos sobre el objeto de la psicología comunitaria en tanto las diferentes
realidades sociales hacen que la disciplina se desarrolle en modos igualmente diferentes.
Así, resulta natural que no exista uniformidad ante la diversidad que caracteriza al
comportamiento social de masas, grupos e individuos; empero, existen propuestas
conceptuales que permiten realizar una aproximación disciplinar al objeto de la disciplina,
como por ejemplo la de Maritza Montero, quien señala que la Psicología Comunitaria es:
la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permitan
desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre
su ambiente individual y social para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios
en esos ambientes y en la estructura social.
Montero, M., 1984 p.3.
Esta definición permite entender que el campo de esta disciplina contempla la relación
funcional entre individuo y su ambiente social, lo cual, puede dar lugar a distintas formas
de comprensión. Entre las diferentes posiciones existentes alrededor del objeto perseguido
por las corrientes contemporáneas tenemos a las siguientes:
• Empoderamiento: Este concepto proveniene del vocablo inglés 'empowerment' y es muy
discutido su uso al ser un anglicismo forzado por lo cual se emplean también términos
como 'fortalecimiento' y dar/otorgar poder'. El empoderamiento se refiere a que las
personas y/o grupos organizados cobren autonomía en la toma de decisiones y logren
ejercer control sobre sus vidas basados en el libre acceso a la información, la
participación inclusiva, la responsabilidad y el desarrollo de capacidades. Así, el
empoderamiento viene a ser una esfera superior en los procesos de organización social.
• Ciudadanía: La noción de ciudadanía está fuertemente vinculada a la concepción de
democracia, queCiudadanía: La noción de ciudadanía está fuertemente vinculada a la concepción de
democracia, que permite concebir a las personas como sujetos de derechos y deberes en
el marco de un consenso social representativo y políticamente válido. La ciudadanía
implicaría el respeto de las personas en tanto poseen derechos asimismo la libertad de
sus acciones para poder cumplir sus obligaciones sin coacción y con miras a promover su
calidad de vida sin afectar los derechos de otras personas.
• Lucha contra la pobreza: Producto de las graves desigualdades de nuestras
sociedades, la pobreza es un estado de precariedad económica y material con fuerte
influencia en el desarrollo de capacidades individuales y colectivas. La lucha contra la
pobreza viene a ser el conjunto sistemático de acciones emprendidas para superar este
estado de precariedad y combatir sus efectos sobre personas y sociedades.
• Salud mental: Es el estado de equilibrio entre una persona y la sociedad, representada
en niveles diversos como la familia, la comunidad, la escuela y el trabajo. Este equilibrio
permite a la persona ser productiva en la vida (laboral o intelectualmente, etc.) y
alcanzar un estado de bienestar y calidad de vida.
Como se señaló líneas arriba, existen disensos sobre el fin último de la psicología
comunitaria, lo que se expresa en lo diversos que resultan los objetos de interés de la
disciplina, pero lo que queda claro es que alrededor de cualquiera de ellos existen factores
psicosociales que favorecen o dificultan su logro. He allí por el momento el tema central de
la PC contemporánea.
Historia de la Psicología Comunitaria
La disciplina fue fundada en los Estados Unidos de América por psicólogos que buscaban
superar las limitaciones de la psicología clínica tradicional en la promoción de la salud
mental. Estos psicólogos tenían interés en ampliar la práctica psicológica a un mayor
segmento de población asimismo en superar el paradigma de daño-y-cura para trabajar en
base a un enfoque preventivo.
Las ideas base de esta nueva visión de la psicología se evidencian en el constructo "Sentido
de Comunidad o Pertenencia" (Sense of Community), introducido el año 1974 por Seymour
B. Sarason, un destacado psicólogo educativo profesor emérito de la Universidad de Yale.
Por estos mismos años se produjo la propuesta del modelo educativo piramidal hecha por
Edward Seidman y Julian Rappaport, donde se proponía que psicólogos expertos en
consejería trabajaran en forma conjunta con psicólogos de menor experiencia y 'promotores
comunales' realizando un trabajo educativo comunitario que permitiera aliviar los
problemas de las personas y prevenir sus dificultades. Además, se produciría un
intercambio de saberes que a futuro permitiría a las personas solucionar por si solas sus
dificultades, es decir serían autónomos para ejercer poder sobre su bienestar emocional.
Este modelo fue un planteamiento osado y revolucionario para la época, siendo la piedra
fundacional del enfoque de empoderamiento.
En el año 1986, luego de 22 años de trabajo tras las senda de la propuesta de Seymor
Sarason, se dio un salto mayor al publicarse la Teoría del Sentido de Comunidad y el Índice
del Sentido de Comunidad (Theory of Sense of Community and Sense of Community Index).
Esta teoría es bastante amplia y permite aplicar el modelo a comunidades de distinta
índole, como las religiosas, políticas, grupos etáreos, e incluso a organizaciones, como por
ejemplo los centros laborales y las escuelas. Sus autores son David McMillan ((la teoría) y
David Chavis (indice).
En la actualidad, la Psicología Comunitaria ha tendido un amplio desarrollo en América
Latina, lo cual tiene sus raíces en las reflexiones académicas y prácticas de la década del
ochenta. Entre sus principales representantes se encuentra Maritza Montero, Irma
Serrano-García, Gerardo Marín e Ignacio Martín-Baró (S.J.), entre muchos otros. Sus
principales referentes son la educación popular, la investigación acción participante de
Orlando Fals Borda, la teología de la liberación, la sociología militante, la tecnología social
de Jacobo Varela, la sociología del desarrollo, el trabajo comunitario, y las influencias de la
psicología social aplicada europea de finales de los setenta. Junto a ello, las críticas de
diversos profesionales en torno al auge de una psicología de corte empiricista, técnica y
alejada del estudio de los problemas de desarrollo y justicia social en América Latina (que
durante al menos tres décadas habían marcado el desarrollo de las ciencias sociales en el
continente), terminaron por sentar las bases para la apertura de un campo profesional de
marcada orientación al terreno y al contacto directo in-situ con las situaciones de
precariedad.
Herramientas metodológicas
La psicología comunitaria es una disciplina orientada a la solución de problemas y
optimización de recursos. Debido a esto, los psicólogos comunitarios cuentan con una serie
de métodos y técnicas eficientes tanto para generar conocimiento como para intervenir en
la realidad social. Cabe señalar que muchas de estas herramientas son compartidas con
múltiples disciplinas sociales pero que ya en el contexto contemporáneo vienen a ser un
elemento compartido multidisciplinar.[1] En la tradición metodológica Latinoamericana se
ha destacado la original producción en torno a la Investigación-Acción; al elaborado
desarrollo existente originada en los aportes de Kurt Lewin, la integración de las
propuestas de Argyris y Schön se sumaron al compromiso militante de los 70'. Esta
confluencia dio como resultado la IAP (investigación acción participación) que fundo la
originalidad de la PC Latinoamericana. A partir de los años 80' la crisis paradigmática
cuestionadora de los modelos "modernos" introdujeron perspectivas críticas en temas de
genero y cultura, que se sumaron a la trayectoria de critica socioeconómica que ya era un
patrimonio de la PC. Los psicologos comunitarios que -basados en las ideas de Gergen,
Shotter, y B. Pearce- introdujeron los modelos construccionistas sociales (como Esther
Wiesenfeld, Fernandez Cristieb, Saúl I. Fuks) se articularon con los aportes epistemológicos
provenientes de las Teorías de la Complejidad. Estas confluencias y articulaciones han dado
a la PC latinoamericana una identidad propia que presenta particularidades diferenciadas en el Sur de America, en Centro y en el Caribe.
Construcción de conocimiento
En la psicología comunitaria cobra crucial importancia la construcción de conocimiento
debido a que usualmente la información que permite tomar decisiones y alcanzar los
objetivos de trabajo tienen significado únicamente para las poblaciones con las que se
trabaja, por consiguiente, todo proceso de intervención requiere necesariamente que se
construya conocimiento significativo para sí mismo.
• Encuesta
• Entrevista
• Historias de vida
• Grupos focales
• Talleres participativos.
• Contextos Colaborativos.


Intervención
La psicología, y en general otras disciplinas, buscan solucionar problemas u optimizar
procesos a partir de una serie de procedimientos llevados a cabo sistemáticamente. Este
proceso se puede comprender como 'intervención'. Aunque la noción de "intervención" ha
sido asociada a formas de construcción relacionales asociadas al modelo
experto/destinatario, el término expresa los modelos de estrategias más utilizados en los
que la "intervención externa" produce cambios. Campos de "intervención"
Proyectos sociales (Desarrollo Social Local, socioeconómico, cultural y psicosocial)
Proyectos de Construcción de Ciudadanía. (Equidad, participación comunitaria, desarrollo
de redes sociales y comunitarias)
Proyectos de mejora de la Calidad de Vida (Salud, educación, Habitat, relaciones
interpersonales)
Proyectos de Fortalecimiento Cultural (recuperación de Capital Social y Cultural, trabajo
sobre procesos de des-colonización y reconocimiento de las identidades socioculturales
exluídas)
Los instrumentos más habituales han sido:
• Investigación Acción Participativa (IAP)
• Animación Sociocultural
• Capacitación, fortalecimiento de saberes locales, sistematización de experiencias locales.
• Detección, reconocimiento, creación y movilización de Redes (sociales, comunitarias y
familiares)
El cómo de la intervención
Un proceso de intervención comunitaria tiene como objetivo mejorar las condiciones de
vida de la población y que la comunidad sea protagonista de dicho cambio. Parte y tiene
que ver con las necesidades, aspiraciones, problemas o temas de interés para la comunidad.
Se trata de procesos a mediano y largo plazo, de tipo global y centrado en una comunidad
concreta, entendida ésta como el conjunto formado por los siguientes elementos y sus
interrelaciones: territorio, población, recursos y demandas, dinámica de relaciones de
poder (asimetrías).
En todo proceso comunitario se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
• Conocimiento y comprensión de la realidad: A través de estudios cuantitativos y de
la utilización de técnicas cualitativas (entrevistas, historia de vida, recorridos barriales,
grupos focales, talleres, recopilación de relatos, categorizaciones, etc.)
• Perspectiva global: Lo que nos permite construir un pasaje del diagnóstico de salud al
diagnóstico comunitario; transformar las prioridades centradas en el equipo en
prioridades compartidas; abordar los programas sanitarios desde una perspectiva
interdisciplinaria; superar el protagonismo del profesional de la salud habilitando el
protagonismo de la población.
• Información: Sin información no hay participación. La información es pública y un
derecho ciudadano. La información desde el ámbito de salud, educación, seguridad, etc.
Todos los conocimientos deben ser compartidos para poder saber desde donde partimos
y hacia donde vamos. Se debe dar la misma información a todos los implicados,
instituciones, técnicos y población, pero con lenguajes adaptados.
• Coordinación: Sin coordinación no hay intervención comunitaria. Cada actor social
decide su nivel y posibilidades de implicación; integrándose a lo que ya se viene haciendo
desde otros ámbitos (públicos, privados, organizaciones no gubernamentales, etc.)
evitando de esta manera superposiciones y por lo tanto, un debilitamiento tanto de las
estrategias como de los recursos. Para garantizar la continuidad, la implicación es del
recurso o institución no de las personas. La coordinación del personal técnico debe
contar con el apoyo de la Institución a la que pertenece.
• Participación ciudadana, como proceso y como cesión de poder:El posicionarnos
como ciudadanos, con derechos y deberes, es lo que permite la posibilidad de pasar de
ser un «consumidor» de prestaciones a un ciudadano agente de su propio desarrollo, del
ciudadano individual una población organizada. Esto implica un primer movimiento al
interno de los equipos de salud. ¿Defendemos nuestros derechos como trabajadores?
¿Somos capaces de pasar de la queja a la acción?
El proceso comunitario es complejo y difícil, aparecen obstáculos técnicos y metodológicos
relacionados con una escasa formación en esta temática por parte de muchos trabajadores
del ámbito de salud, y con el que se pretende poner en marcha acciones que van a
contracorriente del modelo imperante.
Las dificultades encontradas en cada una de las etapas se pueden ir solucionando a partir
del trabajo y colaboración de todas las personas implicadas en el proceso y la convicción de
estar desarrollando un trabajo serio y con rigor.
De esta manera se entiende que aquello que es obstáculo o conflicto muchas veces es la
oportunidad de repensar acciones y de nuevos posicionamientos que permiten avanzar
hacia intervenciones más efectivas.

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